Gloria y Eduardo se divorciaron hace unos años. Ella se quedó en Miami, criando a sus dos hijos y dedicada en cuerpo y alma a su trabajo. Él regresó a su pueblo natal, a encargarse del rancho agavero que heredó de su familia en Jalisco, México. Eduardo le pide que permita a sus hijos pasar esta navidad con él. Aunque Gloria no quiere alejarse de ellos, tiene que ceder presionada por su trabajo. Las circunstancias hacen que Gloria también pase las fiestas con ellos en el rancho. Ella y sus hijos aprenden a disfrutar esta nueva vida y a valorar la empresa tequilera que Eduardo logró sacar adelante. Esta será la mejor Navidad en familia..